sábado, 14 de junio de 2008

DRY MARTINI











Según Jaume Bauzà en su artículo de ayer en "el País" el marcador de Dry Martinis del Dry Martini (aribau, 162) marcaba hace unos días ya 977.384 . Yo me tomo un Dry Martini y levantó la copa por Javier de las Muelas, el dueño del Dry Martini y el rey de los cocktails en Barcelona mientras escucho al trompetista Dizzy Gillespie.
Ingredientes
Hielo
Aceituna (preferiblemente con hueso)
Martini Dry
Ginebra
Peladura de limón

El año pasado por estas fechas estaba de viaje por la India y Nepal. Fui feliz o algo parecido volando de Nueva Delhi a Kathmandú. Hay vuelos que a mis ojos son normales y otros son raros. Madrid-Barcelona es normal, Frankfurt-Londres es normal. Addis Abbeba- Djibouti es raro. Los vuelos raros me hacen feliz porque te parece raro que haya tanta vida en un sitio y tú sin enterarte. En realidad, es como un mundo paralelo que cuando eres pequeño crees que nunca accederás y cuando llegas pues te produce cierta emoción. Visitar los monumentos y todo eso estuvo muy bien. Conocer en Kathmandú a Shrestha Bishnu el vendedor de costo y comer con su familia fue genial. Pero el viaje sólo me dió una respuesta y encima tenía forma de interrogante. Aquello estaba lleno y lleno de gente. Veía familias y familias. A veces,también tristemente gente sola. Yo ya tenía treinta años y ante tal magnitud de vida, sólo se me ocurrió preguntarme: ¿Cómo es posible que haya tanta gente viva y mi padre que es tan importante esté ya muerto?
Viajar es fantástico pero, a veces, da miedo. Viajamos en tren desde Zurich a Barcelona con Montserrat Caballé. La Caballé contó que venía de cantar en Viena (celebrando su 75 aniversario). En el vuelo de Barcelona a Viena su avión sufrió un aterrizaje forzoso en Zurich y al tomar un coche para ir de Zurich a Viena el coche sufrió un pinchazo y casi se estrella. Montserrat Caballé tenía que cantar con su hija Montserrat Martí. Pero tuvo que cambiar su repertorio y cantar sola. Comentó que había sufrido dos o tres vuelos con problemas, pero ninguno como éste.
Me pareció una persona afable, impermeable, distante, consciente, muy activa, nada problemática. Al despedirse, agradeciéndonos todo, alzó la mano (no sé si lo correcto hubiera sido besarla pero no tengo costumbre) y yo le estreché la mano y la agité.
¡Brindemos por la vida, tomemos Dry Martini!

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