jueves, 18 de diciembre de 2008

SPAPAN




Estaba tomándome un Spapan (Spain+Japan=1 parte de fino nuestro vino más personal, 1 parte de sake, 3 partes de zumo de naranja, 20 segundos de agitado, creación de LHJC en pruebas) y leyendo el último libro que le regalé a mi padre: Las habas contadas de Luis Carandell (1929-2002). Lo he recuperado de casa de mi madre y ahora me acompañará de por vida. Pasar las páginas que pasó tu padre y tocar el papel es bonito. El libro es un viaje a la España de los años cincuenta, a la España que explica en parte el cutrerío de tantas cosas de este país. Este país que en los años ochenta ya nos vendían que estaba en el primer mundo. Nos vendían y mucha gente se lo creía que es peor. ¡No olvidemos a Luis Carandell! No olvidemos a Carlos Fisas, podemos olvidar a Fernando Vizcaíno-Casas...
En estas que dicen en la radio que se ha muerto Francisco Casavella (1963-2008) de un infarto. Ramón de España habla en su artículo de El Periódico de excesos (se intuye droga y alcohol) ¡La ostia, voy a pinchar a Peret!, pero si sólo tenía 45 años. Un modelo, un maestro, un hermano mayor inalcanzable. La trilogía de El día del Watusi es irregular pero impresionante (Los juegos feroces, Viento y joyas y El idioma imposible). Y Un enano español se suicida en Las Vegas también está muy bien. No leí El triunfo, que probablemente me interesaría ni Lo que sé de los vampiros (premio Nadal 2008 que no me atraía nada aunque todo el mundo dice que es obra maestra). Era el heredero de Juan Marsé en el rollo de describir la Barcelona marginal y canalla.
Recuerdo una entrevista en los años noventa en Lo+Plus con Máximo Pradera en la que contó que vivía sólo de escribir pero dejó claro que en ese momento concreto más bien vivía justo. Que empezó a leer en la mili, es decir, no fue un lector infantil o adolescente (esto va por los profesores y maestros que juzgan a sus alumnos como gilipollas cuando es imposible saber el potencial creativo de un ser humano hasta su muerte).
En un escrito de septiembre que titulé Quilmes ya dije que, lamentablemente, nunca un grupo de rock diría: "Gracias por venir Francisco Casavella". Pero su actitud vital era de rockero, mucho más que la de muchos rockeros ibéricos que son pura fachada.
Tampoco vendió su piel a Madrid. Todos sabemos que ser intelectual, catalán y hablar pestes de Cataluña está muy bien pagado en Madrid. Era el escritor de la Barcelona real que no es la del PSC ni la de Convergencia ni la de Ciutadans. En fin nos hemos quedado un poco más huérfanos.


MATE AMARGO











Era el tercer domingo de octubre de 2001 en Buenos Aires. Todas las niñas porteñas estaban con sus mamás (era el día de la madre)y pasé la tarde tomando cerveza carísima en Los 36 billares y el Café Tortoni (1 peso = 1 dólar). En las tiendas había carteles en los que ponía: "Se aceptan patacones" (creo que eran unos bonos de emergencia que sólo se usaban en la provincia de Buenos Aires). Muchas veces pienso que mi vida si Domingo Cavallo no hubiera existido hubiera sido otra (ministro de economía, el de la Ley de Convertibilidad, el que hizo que la vida en Argentina fuera prohibitiva para los extranjeros, una ficción y, en gran parte, provocador del corralito que ahora cumple siete años). Entonces me fui un rato al hotel Sportsman (Rivadavia 1425)y el recepcionista me ofreció un mate amargo, el pibe escuchaba a Los Abuelos de la Nada. Recuerdo Costumbres argentinas. Buenos Aires me decepcionaba. El problema era mío. Yo tenía unas expectativas exageradas, el Buenos Aires que yo quería ver había muerto, luego lo pude reflexionar. El de Borges joven, Bioy Casares, Sábato, Girondo, Pizarnik y tal. Creo que yo quería ver el Buenos Aires de los años cincuenta y, claro, la realidad decadente me impactó. Me tumbé un rato en la habitación. Más tarde salí a beber al bar Bukowski y a otro cuyo nombre no recuerdo. Y en ese bar ya estaba lo suficientemente borracho para soltar mi texto poético, bueno, el de Oliverio Girondo:
"No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! —y en esto soy irreductible— no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!".
Obviamente, la chica a la que le solté el discurso no me hizo ni puto caso. ¡Y desde LHJC esto es todo!

jueves, 11 de diciembre de 2008

CROISSANT ISPAHAN











De la basura nacen flores. Hace frío. Enciendo el Marlboro light que me queda y escucho "Basura en la que nacen flores" de Albertucho. Ya que estoy en Saint-Germain me acerco a la rue Bonaparte, número 72. ¡Ah, la pastelería de Pierre Hermé! Creo que fue en el año 2007 que en una cata a ciegas declararon su cruasán como el mejor de todo París, lo que casi equivale a decir del mundo.
Clasificación: 1)Pierre Hermé, 2)Triomphe, 3)Laurent Duchêne, 4)Gérard Mulot, 5)Lenôtre, 6)Le Boulanger de Monge, 7)Bolangerie Vandermeersch, 8)Julien, 9)Arnaud Delmontel,10)Grande Épicerie. Nacido en 1961. En 1996 funda su primera PH. Y en 1998 abre tienda en Tokio. La verdad es que no sé si es el mejor, pero si que sé que es el mejor que he comido yo en mi vida. Creo que está hecho con agua mineral. Hoy me pido un cruasán Ispahan (1,80 euros, lujo a precio de saldo). Te vende 12 macarons de lujo por 23 euros. Ispahan es un sabor con la firma de Hermé. Creo que es una mezcla de lichi, rosa, frambuesa y crema de almendra. Mientras mastico y saboreo los problemas desaparecen. Y este inocente placer invade mi mente. Cual magdalena proustiana me traslada en el tiempo pero no al pasado sino a un futuro mejor que el cruasán Ispahan me ayuda a intuir. El sabor del cruasán Ispahan es algo espectacular e indescriptible. En mi opinión, si alguien pasa por Saint-Germain tiene que comerse un cruasán Ispahan. Al menos, yo lo recomiendo.


De la basura nacen flores y de las flores nace basura, no hay duda. Hace unos días, también en París, vi un montón de objetos quemados y destruidos por el fuego. Objetos convertidos en basura. Espero que el futuro les de flores a los propietarios de esas flores convertidas en basura. Ese mismo día vi, por casualidad, la habitación de Proust en el museo Carnavalet. La habitación aislada con corcho, la habitación en la que escribía y escribía hasta la extenuación. Un día en otro museo pondrán la cocina de Pierre Hermé, la cocina en la que creó el cruasán Ispahan.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

MARLBORO LIGHT








Paseo por París y voy pensando en la extraña afición de las guapas parisinas por los feos. Claro que son feos vestidos de negro y con pinta de muy inteligentes, pero es una cosa que sólo veo en París. En el resto de ciudades del mundo van los guapos con los guapos y los feos con los feos, como está mandado. Me acerco al pijísimo barrio de Saint-Germain. Lleno de tiendas caras y exclusivas y casas de lujo. Y en un plis estoy en el 5 bis de la Rue de Verneuil, una casa llena de pintadas y con pinta de abandonada (por fuera). Un pegote en medio del pijerío. Era la casa de Serge Gainsbourg. La mandó construir en 1967 para vivir con Brigitte Bardot y vivió diez años en ella con Jane Birkin. Dicen que la casa tiene unos 130 metros y Charlotte Gainsbourg la quiere convertir en un museo pero por lo que sea no hay acuerdo con las autoridades. Pongo en mi mp3 "Je suis venu te dire, que je m´en vais" y enciendo un Marlboro light. En teoría, la gente pasa por aquí y le tira un paquete de Gauloises o Gitanes al patio, como homenaje. Yo pensaba que estaría lleno de gente. Me guardo un cigarrillo y le lanzo una cajetilla a medias de Marlboro light. Pasa uno y me mira. Me quedo esperando un rato a ver si pasa alguien más y lanza una cajetilla. Mientras espero voy pensando en Serge Gainsbourg. Me gustan bastantes de sus canciones. Su autodestrucción y su actitud vital. Pero tenía cara de ser un gilipollas y un chulo. ¿Cuánta gente le conoce en España? El cinco o el diez por ciento, quizá. Por tanto, su importancia es relativa. Le hubiera venido bien venirse a vivir a Soria para ver que su fama no era para tanto. Nadie lanza una cajetilla. Tengo frío y sigo caminando.

lunes, 1 de diciembre de 2008

CAVE OUVIDOR INSÓLITO PEVERELLA







A veces tengo sueños. En mi sueño tengo una discusión con alguien con cara borrosa sobre porque en España llamamos Sao Paulo a Sao Paulo (pronunciando las os como os en vez de como us como corresponde). Y en latinoamérica le llaman San Pablo, como parecería más lógico. Es como si llamaramos Nev York a Nueva York. El tema es que la discusión no me lleva a ningun lado y, de repente, me encuentro sentado en una mesa de la cocina del D.O.M. de San Pablo (Brasil). Alex Atala (nacido en 1968 y el mejor chef de América latina) me da explicaciones sobre su cocina. Yo le escucho pero no retengo lo que me dice, soy burro, le digo. Renato Russo (1960-1996) de Legiao Urbana ha resucitado, come, ríe a mi lado y canta "Indios". Alex Atala va y viene con platos: Salada de abobrinha Caipira com Lagostim e Vinagrete de Pimenta de Cheiro (Capsicum odoriferum). Ostra Empanada com Tapioca Marinada y huevas de salmón.Risoto líquido de Coco, Azeite de Menta, Dendê (Elais guineensis) y Nori. Brandade de Palmito Pupunha (Euterpe Edulis) ao Forno com Anchova do Cantábrico...Para beber trae un Cave Ouvidor Insólito Peverella, producido en Garopaba, Santa Catarina. Russo canta un poco borracho: "Quem me dera Ao menos uma vez Ter de volta todo o ouro Que entreguei a quem Conseguiu me convencer Que era prova de amizade Se alguém levasse embora Até o que eu não tinha". Yo me levanto y grito:
-¡¡Me quedo a vivir, beber y morir en San Pablo!!
Entonces, como es previsible, me despierto y me tengo que ir a trabajar.
Y desde LHJC esto es todo.