jueves, 3 de junio de 2010

Quilmes (en Tinta Roja)


Esquilache (1700-1785)

"La vita in diretta" de Lamberto Sposini.

Estábamos en el Tinta Roja (Creu dels Molers, nº 17) muy contentos tomando una Quilmes. Quizá estábamos demasiado contentos. Esto nos llevo a la discusión sin fin del burka en España y los crucifijos en Italia...
En España muchos ayuntamientos pretenden prohibir las caras cubiertas. Mientras Italia debate si los crucifijos deben de desaparecer de las aulas públicas.
Hasta no hace mucho desconocía "el problema de los crucifijos". Me sorprendió no hace mucho viendo “La vita in diretta” de Lamberto Sposini.
Esto me ha dado una idea. En vez de prohibir las caras cubiertas, en España, podríamos volver a poner crucifijos en los colegios públicos. Que los católicos se expresen más y evidencien a muerte su catolicismo. Que haya una lucha en la plaza pública entre católicos y musulmanes y que gane el mejor...o, en su defecto, el más numeroso.
Me parece evidente que el burka nos violenta y nos molesta por nuestras raíces judeocristianas. Dejémonos de historias. Por mucho que no vayamos a la iglesia y millones de personas se declaren agnósticas, rascas un poco y encuentras un católico en la mayoría de los casos. Lo patético es que las personas que pretenden prohibir las caras cubiertas no sean conscientes de su integrismo católico, respetable en mi opinión.
Que en plena crisis sin fin estemos debatiendo estas bobadas me ha recordado el caso Esquilache.
En España en 1766 reinando Carlos III y en medio del hambre y la constante subida de precios va Esquilache y prohibe las capas y el sombrero de ala ancha. El objetivo: Acabar con la criminalidad. Porque, según él, las capas podían esconder armas. Esta bobada acabo en motín y estuvo a punto de acabar con la monarquía de nuestro Reino.
En definitiva, prohibe el burka y crearas rabia e ilusión en gentes a ponerse el burka.

En los no tan lejanos años ochenta del siglo pasado era todavía muy normal en este país que las viejas se cubrieran el pelo con un pañuelo y se sentaran en una moto de lado y con las piernas cerradas.
Treinta años después nuestras viejas van con el pelo descubierto y hacen gimnasia. Y claro, ahora el problema es que unas chicas jóvenes provenientes de otra cultura oculten su rostro detrás de un trozo de tela. Curiosamente este "grandísimo problema social" coincide con unas próximas elecciones municipales.

Cuando yo era pequeño en la clase del colegio de mi pueblo había una foto de su Majestad el Rey de España. No había crucifijos. Mirado desde mi punto de vista actual esta presencia del Rey en la clase de unos críos impresiona. Es como si vas a un colegio de Libia, entras en una clase de unos niños de seis años y ves una gran foto de Muammar al-Gaddafi. Piensas: Están locos estos tercermundistas.
Después me metieron en un colegio concertado en la periferia de Barcelona y allí había un crucifijo por clase. El Rey había desaparecido. Era un colegio oficialmente laico (pagado, en parte, por todos) pero te obligaban a rezar todos los días. Me parecía que sólo yo no me sabía los rezos. Nunca logré aprendérmelos bien.
En Alicante querían un niño monárquico español y en Barcelona querían un niño católico catalanista. Caos.
España está llena de colegios concertados católicos que se hacen pasar por laicos. Es increíble, esto crea una masa inaudita de católicos confundidos ¡Muchos besos y muchos abrazos!