miércoles, 26 de noviembre de 2008

CIGALÓ














Me tomo un cigaló en el bar Serra de Santa Eulàlia mientras escucho en mi mp3 "Si volessin" de Quico Pi de la Serra. Ingredientes: café, azúcar, brandy o coñac.
Voy sorbiendo y hojeando el libro "Crónica sentimental de España" de Manuel Vázquez Montalbán (artículos publicados en la revista Triunfo). Este libro era un regalo para mi padre pero no me dio tiempo a dárselo y quedó en libro, en mi libro. Cuando yo muera este libro, mi libro pasará a ser basura. Un objeto sin dueño es basura. Con suerte alguien se lo quedará y convertirá la basura en libro, en su libro. En el año 2003 yo vivía en Texas. Y un día de octubre llamé a mi madre y me dijo: "Se ha muerto Vázquez Montalbán". Es la única vez que me ha afectado la muerte de alguien que no conozco. Yo pese a que consideraba a MVM un vendido al capital lo quería mucho. Sólo lo vi dos veces: Una un dia que hizo una charla con Saramago en el CCCB y otra en la presentación de Quinteto de Buenos Aires. Me gustaba porque parecía hacer un discurso intelectual pero razonable e inteligible para gente como yo. El otro día estaba hojeando el libro Què pensa MVM de Quim Aranda: "Cada època històrica tracta de falsificar el desordre de fons a través d´una aparença d´ordre. Però si furgues una miqueta la superficie, sempre apareix el desordre. Ara poden dir-te que hi ha harmonia perquè hi ha pacte social. Però, si grates una mica, descobreixes que el pacte social no és tal pacte. Diguem que hi ha tres terços de societat: un terç vivim molt bé, hem fet un pacte amb un altre dels terços i estem fotent el tercer terç, que no té ni llenguatge ni instruments polítics ni socials ni de res. Això ho ha de dir algú perquè, si no, no arribarà ni la beneficència a aquest tercer terç".
Habrá quien diga, pero ¿qué arriesgaba MVM diciendo esto? Probablemente poco o nada. Pero si que es cierto que que alguien diga la verdad aunque no arriesgue nada no está mal de vez en cuando. Yo que no le conocía le echo de menos. Y desde LHJC esto es todo.

martes, 25 de noviembre de 2008

HOKKAIDO













Me preparo un hokkaido en casa copiado de un artículo de Javier de las Muelas. Escucho "Desde que te perdí" de Kevin Johansen. Una parte de cointreau, dos de sake, tres de Bombay Saphire, agitado de quince segundos. El hokkaido es un aperitivo japonés con vocación de Martini. Se puede beber. Es mi primer hokkaido, no tengo con que comparar.


Parece que el sábado 29 de noviembre a las 21 horas Kevin Johansen y The Nada tocarán en Montevideo (Uruguay) en el teatro Metro (creo que antes era un cine). Liniers dibujará en directo en el mismo espectáculo.


Afortunados aquellos que puedan asistir. Me uno a la campaña Uruguay 2030. El primer mundial de la historia en 1930 fue en Uruguay y el del centenario debe de celebrarse en Uruguay. Sabemos que no será así. Y como mucho se podría aspirar a un Mercosur 2030. El padre de "Uruguay 2030" es Abel Fialko, uruguayo residente en Israel. Sin duda, la inauguración debería ser en el estadio Centenario. El estadio Centenario donde trabajó Juan Carlos Onetti de taquillero. Dice la leyenda que le pagaban una miseria pero que le interesaba el trabajo porque mucha gente llegaba con el partido empezado y, con las prisas, se dejaban el cambio. Esos eran los reales ingresos de Onetti. El piso de Onetti en la Avenida América, número 31 de Madrid debería de ser un museo. Me encantaría ver la cama en la que pasó tantos años, incorporándose sólo para beber sorbos de güisqui con agua servidos por Dolly Muhr. Que raro era Onetti o que difícil es comprenderle. Que eterno es Onetti. Me arriesgaré: Onetti está entre los cinco escritores en español del siglo XX que quedarán. Recomiendo la entrevista que le hizo Joaquín Soler Serrano. Y desde LHJC esto es todo.

viernes, 21 de noviembre de 2008

LAPHROAIG













Mientras me tomo una copa de whisky Laphroaig de 10 años en casa de un amigo de Bellvitge me viene la canción "La rumba de Barcelona" de Gato Pérez a la mente. Y cuando miro por la ventana me acuerdo de Paco Candel.Gato Pérez (1951-1990) y Paco Candel (1925-2007), deberían de ser masivos. Deberías entrar en un bar en Barcelona y escuchar a Gato Pérez y en el metro la gente debería leer al Candel. El Gran Gato, ese argentino de familia burguesa agitanado que hablaba inglés y que había sido rockero hasta que se metió poco a poco a los gitanos rumberos en el bolsillo y creó esa rumbita de los 80 tan personal.


Este domingo 23 de noviembre se cumplirá un año de la muerte del Candel. Yo de pequeño leí algunos libros del Candel de mi hermano o hermana, siempre en verano y sudando como un cerdo a la hora de la siesta en Santa Pola (Alicante). "Los otros catalanes", "Donde la ciudad cambia su nombre", "Han matado un hombre, han roto un paisaje" son los que recuerdo.
Candel se irá difuminando y si nadie lo remedia de aquí diez años nadie se acordará de él. Yo siempre he emparentado al Candel con Antonio Rabinad aunque tienen dos personalidades diversas. Si Candel se difumina es en gran parte por culpa de nuestro políticos que no hacen nada para enaltecer a este escritor del pueblo y para el pueblo. Pero no era sólo eso. Porque creo que Candel era un escritor de una talla literaria bastante importante y esto debería ir por delante. Pero la realidad es que la crítica siempre ha menospreciado a Candel. Muchas veces he pensado que si fuera de la periferia de Madrid se le hubiera valorado más, quizá estoy errado. Un día de abril de 1995 hablé un ratico con él, me pareció una persona seria y educada. Y me garabateó una dedicatoria que todavía conservo ¡Brindo con Laphroaig por el Candel y el Gato Pérez!
Me viene a la mente: "La rumba que coneixem no és de la Xina ni del Japó...La nostra rumba de Barcelona està marejada de voltar el món...La rumba neix al carrer filla de Cuba i un gitanet...".

martes, 11 de noviembre de 2008

NASTRO AZZURRO












No hace mal día en Milán. Estoy sentado en el parque de Porta Venezia al lado de la estatua de Indro Montanelli (1909-2001). Tomándome una lata de cerveza de Nastro Azzurro y escuchando en mi MP3 "La donna cannone" de Francesco de Gregori.


Mientras escucho a de Gregori pienso que España está mal pero Italia se cae a cachos. No le encuentro explicación. Gente creativa, con empuje, dinero a punta pala pero mal repartido... ¿El excesivo individualismo? Puede ser. Hace un rato he visto a gente manifestándose por el problema de la educación. Berlusconi para solucionar los problemas de Italia quiere recortar 9.000 millones del presupuesto, eliminar a 130 mil profesores interinos y reducir el horario escolar de 30 a 24 horas. Nunca he conocido a un argentino que reconozca que votaba a Menem y aunque busco, no encuentro a un votante defensor de Berlusconi. Berlusconi, en mi opinión, es un cáncer para Italia.


Subo la vista y miro la estatua del complejo Montanelli. Montanelli era un señor periodista refinadísimo y muy de derechas que creía en los años 70 que la URSS iba a dominar Italia (recomiendo la entrevista que le hizo Joaquín Soler Serrano en TVE). Debutó en el periodismo en periódicos fascistas y tuvo trato cercano con Mussolini. Corresponsal en EEUU, Noruega, Abisinia...En la Guerra Civil Española evolucionó y colaboró con el bando republicano. Fue amigo de Dino Buzzati. Entrevistó a Henry Ford, Adolph Hitler, Luigi Einaudi (ahora hay una exposición en el Palazzo della Ragione sobre Einaudi, presidente de la República de 1948 a 1955, Piazza Mercanti nº1.) Al rechazar el bando fascista se refugió en Estonia y en Suiza durante una parte de la Segunda Guerra Mundial. Era un tipo de derechas anticomunista y, según él, anarco-conservador. Trabajó en el Corriere della Sera del que salió de mala manera. Y después fundó Il giornale. En 1977 sufrió un atentado de las Brigadas Rojas, alcanzándole dos tiros en las piernas. En una crisis económica, Montanelli tuvo que aceptar como editor a Silvio Berlusconi. Y con la entrada de Berlusconi en política en los 90, se tuvo que largar y fundar a los ochenta y tantos un nuevo periódico: La voce.

Tiene dos libros muy bonitos: Historia de los griegos y la Historia de los romanos. Me gustan mucho estos dos libros porque es como si alguien te explicara historia apoyado en la barra de un bar. Yo me los repaso de vez en cuando porque se me olvidan las cosas y, ante todo, me entretienen. Toni Soler tomándole como modelo escribió Història de Catalunya, modèstia a part. No tengo noticias de que alguien lo haya hecho con la historia de España. Me gustaría que alguien lo hiciera.

Tengo que seguir escuchando "La donna cannone". Si Europa fuera Europa, Francesco de Gregori sería una estrella en España y en Madrid la gente silbaría "La donna cannone". Y desde LHJC esto es todo

sábado, 8 de noviembre de 2008

BRONX





Mientras escucho "Durazno y Convención" de Jaime Ross me tomo un Bronx.
Ingredientes:
10 cl. de ginebra.
5 cl. de Martini rosso.
5 cl. de Martini seco.
5 cl. de zumo de naranja.
1 guinda
Hoy (sábado, 8 de noviembre de 2008) quería escribir un pequeño texto en homenaje a Rodolfo Walsh. Tenía escritos durante esta semana algunos pedazos y empezaba así: "Desde hace diez años me siento la rencarnación del argentino de origen irlandés Rodolfo Walsh. Hace diez años me enteré que mientras él "desaparecía" en Buenos Aires, el 25 de marzo de 1977, yo nacía en una clínica de Barcelona. Me siento su rencarnación obrero-burguesa, sureño europea, de escasa calidad literaria e infinitamente más cobarde dada su extraordinaria valentía. En resumen, no le llego ni a la suela de los zapatos...".
Esta mañana volvía de trabajar a casa, en metro, y hojeaba "La Vanguardia". En la página 28 me aparecieron las "Sabatinas intempestivas" de mi ídolo imperfecto Gregorio Morán. Y me topé con su artículo "¿Qué hacemos con Rodolfo Walsh?". Claro, ¡yo prefiero a Morán que a mí mismo!:
"Aunque pueda resultar sorprendente a cualquier ciudadano de Latinoamérica medianamente culto, en España un artículo sobre Rodolfo Walsh tiene que empezar diciendo que se trata de un escritor argentino que nació en 1927, al que mataron cincuenta años más tarde en desigual combate, empuñando una 22 frente a unos milicos que lo emboscaron con armas largas; hay quien asegura que no sobrevivió a la balacera y quien sostiene que, herido y todo, fue chupado y hecho desaparecer por la dictadura militar argentina al cumplirse el año del golpe militar de 1976. Rodolfo Walsh acababa de buzonear a las agencias de prensa y embajadas extranjeras en Buenos Aires con un impresionante alegato titulado Carta abierta de un escritor a la Junta Militar. No llegaron a leerla cuando ya lo habían matado."
Mi modesto escrito seguía: "...Para mi sonrojo, y aún teniendo el aliciente del dato de su muerte coincidiente con mi nacimiento, leí, hace apenas un mes, Operación masacre. Operación masacre (1957) es un reportaje periodístico que nos narra como en 1956 un contragolpe militar contra la dictadura de la Revolución Libertadora fracasa. Fusilan a varios civiles implicados en el alzamiento en un descampado llamado "José León Suarez". Rodolfo Walsh se entera de que hay siete supervivientes y trata de reconstruir los hechos. Contradice en este libro la versión oficial de los hechos. Para los argentinos este libro se adelanta en nueve años y supera en calidad a la primera obra anglosajona de "ficción periodística" o novela testimonio: A sangre fría (1966) de Capote. Hay quien lo discute pero en este caso yo les doy la razón. Digo en este caso porque una vez un argentino me dijo que Adan Buenosayres de Leopoldo Marechal era muy superior al Ulises de Joyce. Discutimos, pero fue imposible convencerle, además su capacidad oratoria era inigualable. Estuve a punto de darle la razón...".
Mi maestro Gregorio Morán continuaba en la Vanguardia:"...Pero si traigo hoy a colación a Rodolfo Walsh no es sólo por una cuestión literaria sino porque la figura de Walsh trasciende la literatura, la enriquece y la desfigura al mismo tiempo, obligándonos a plantearnos cuestiones muy vivas que están mucho más allá de una disputa pedante sobre si Walsh fue el anti-Borges, como refiere Osvaldo Bayer, o fue el más auténtico y actual de los escritores argentinos del siglo XX...".
Mi texto concluía torpemente, pero, ¡qué caramba!, al menos soy yo: "...También leí las novelas breves de género policial (consideradas obras maestras por la crítica argentina) La aventura de las pruebas de imprenta, Variaciones en rojo y Asesinato a distancia. Tengo pendiente la lectura de su segundo libro de investigación periodística ¿Quién mató a Rosendo? (1969). En mi opinión, la escritura el 24 de marzo de 1977 y envío el 25 de marzo de Carta abierta de un escritor a la Junta Militar (está en wikipedia) es un acto de extrema valentía de este escritor (prueba de ello es su desaparición horas más tarde). Superando en coraje, por ejemplo, a los tan nombrados hoy en día Roberto Saviano y Salman Rushdie que andan con mil seguratas por el mundo. No puedo evitar pensar en Rodolfo Walsh desapareciendo a los cincuenta años de edad en el cruce de las avenidas San Juan y Entre Ríos de Buenos Aires y en mi madre pariéndome en esos mismos momentos en Barcelona. Perdonen mi egocentrismo, pero es para mí un honor saber que cuando Walsh moría, yo nacía. Y desde LHJC esto es todo...".