jueves, 14 de mayo de 2009

LICOR 43




Raza (1941). Director: Saénz de Heredia. Guión: Jaime de Andrade... ¡Franco!

Blas Piñar (1918)

Domingo Badía Alí Bey (1767-1818)



Hernán Cortés (1485-1547)


“En el fondo del barranco/ canta un negro con afán:/ ay, quien pudiera ser blanco/ aunque fuera catalán”. (Cuarteta cubana)

Tranquilamente escuchando el himno de España y tomándome un chupito de Licor 43. Repasando algunas escenas de la película Raza...

España es un país o estado muy raro, a veces, como estamos dentro no lo alcanzamos a ver. En España se desayuna con un café con leche a las diez y no se mete nada sólido en el estómago hasta las 14:30. España es un país o estado en el que una persona que se autodeclara nazi y racista tiene una amante gitana (yo lo conozco). Digámoslo de una vez, en el mundo occidental lo normal es declarar que uno no es racista y después que te den asco los de otras razas o como dicen los modernos "que te den asco los de otras etnias". Pero España es distinta, es un país en el que las personas proclaman su racismo a los cuatro vientos pero que a la hora del follar éste desaparece. Creo que es un país único. Porque Italia es un país en el que la gente se autodeclara racista pero mayormente lo mantienen también en lo del follar.
Esto viene de lejos. Hace un año y medio para prepararme un viaje a Marruecos me leí el libro del jeta, espía y arabista catalán Domingo Badía alias Alí Bey. Cito de memoria: Godoy (primer ministro de Carlos IV) mandó a Alí Bey por Marruecos, Argelia, Libia...Recuerdo que en este libro Alí Bey habla del asco que le daban las mujeres moras pero es histórico que preñó a más de una...Como mínimo digamos que el catalán tuvo una actitud muy ibérica. Si vamos más atrás en América tenemos el referente de Tecuichpo (hija de Monctezuma) y de la Malinche con el extremeño Hernán Cortés, Quispe Sisa con Pizarro...

¿Quién puede dudar de los escarceos de Blas Piñar con alguna mulatona caribeña? España es distinta...

1 comentario:

Núria Alcolea dijo...

¡Cuánta razón! El que habla de interculturalidad no ha entrado a un badulaque en su puñetera vida. El autoproclamado racista ibérico, en cambio, es asiduo del locutorio paquistaní de su barrio...

España, ¡país de contradicciones!