lunes, 22 de febrero de 2010
Té a la menta (en Institut du Monde Arabe)
Institut du Monde Arabe.
Nasser D. Khalili (1945)
Yo y mi ego, normalmente controlado, nos tomamos un té a la menta en la cafetería del Institut du Monde Arabe de París. Mientras escuchaba en mi ipod Faith/Void de Bill Callahan. Minutos antes habíamos visto la interesantísima exposición “Arts de l´islam” (obras maestras de la colección Khalili). Nasser D. Khalili es un millonario iraní que emigró a EEUU y actualmente reside en Gran Bretaña. Tiene un ego enorme y una colección de 25 000 mil piezas de arte islámico. A Khalili le gusta contar que llegó a EEUU con 750 dólares (actualmente está entre las diez primeras fortunas de Gran Bretaña). El ego del coleccionista: “Gracias a mí la gente podrá disfrutar de estas piezas maravillosas”. Y es verdad.
La exposición me pareció alucinante, no en vano es la colección privada de arte islámico más importante del mundo. Y pensé que tendríamos que aprender de Francia no sólo su burocracia y podríamos aprender de su relación con el mundo árabe (recordemos: atentado en N.Y.-guerra de Irak-atentado en Madrid-atentado en Londres-NOatentado en París). Especialmente la derecha española debería aprender de la derecha francesa (comparemos la actitud de Aznar y Chirac respecto Irak). Me gustaría que en Barcelona o Madrid hubiera un Instituto del Mundo Árabe como el que tienen en París. Ésa sería un arma poderosa para luchar contra los tópicos recelos del español medio hacia “el moro” y descentraría a los radicales islámicos. Si los socialistas estuvieran al servicio de la sociedad lo hubieran creado. Y si viene la derecha (como dicen) pues se lo encontrarían ya hecho y no se atreverían a tirarlo abajo (como el divorcio, el aborto, el matrimonio gay...). Un Instituto del Mundo Árabe en condiciones en España podría ayudar a mejorar las relaciones de España con un número de países enorme. Sería una inversión a medio plazo muy rentable.
A mí ego también le gustó la exposición:
-Aquí estás tú – me dijo- en París tomándote un té después de que tus ojos hayan visto estas maravillas. ¡Eres un privilegiado! ¡Eres un privilegiado!
-Pero estoy cansado, tengo sueño, tengo que volver a Barcelona trabajando, preparar mis vacaciones a Turquía, Qatar e Irán, los vuelos, los visados... -le respondí.
-”Preparar mis vacaciones a Turquía...” - me imitaba el muy cabrón - ¿Y te quejas? ¡No me mires así, bobo! ¡Y no olvides que yo soy tú!
Juan Cruz ha escrito un bonito libro de recuerdos. Se llama “Egos revueltos”. El ego de Borges, el de Cela, el de Marsé, el de Sábato, el de Paz. Siempre se habla del ego como algo malo y Juan Cruz demuestra que sin ego el mundo no sería mundo.
Sin ego no hay creación, con mucho ego puede venir la destrucción.
No hay nada más aburrido que una reunión de personas sin ego. No hay nada más vergonzoso que una reunión de personas con ego desmedido. Entonces, hay que compensar y combinar y sólo así puede surgir algo positivo.
Las personas con ego gigante en la vida de los comunes mortales son criticadas. A mí me parecen tan necesarias en las reuniones sociales como un gintonic. Sólo aceptamos los egos en el caso de los grandes genios. Pero las burradas que puede soltar un común mortal con ego desmedido me parece muchas veces lo más divertido de una noche.
Normalmente la vida social premia a aquellas personas con ego controlado. Quizá tengas un ego gigante pero como acostumbras a no molestar y no decir lo que piensas y pasar desapercibido pues ya está. No hay problema. La grisura, lamentablemente, triunfa.
Da pereza normalmente discutir lugares comunes pero a mí me encanta ver que la gente es más valiente que yo, más divertida que yo, más arriesgada que yo...Y esas personas acostumbran a tener un ego descontrolado e inconsciente que me fascina.
Soy consciente de que mis minúsculos pasos son inútiles, haga lo que haga mi trascendencia será mínima. Un día de estos me iré y mis objetos irán a la basura o a la subasta. Pero no dejo de soñar con escribir una buena frase que fascine a cien mil almas. Por tanto, tengo un ego enorme aunque lo oculte constantemente.
Últimamente con mi ego enorme veo el presente con ojos de futuro. Veo a algunos escritores actuales y pienso: tú acabarás como José María Gironella (venderán tus libros como saldo), tú serás un clásico y será alucinante que haya hablado contigo como si fueramos amigos (serás el Borges del siglo XXI), a ti te olvidarán y dentro de cuarenta años alguien te empezará a reivindicar y resucitarás...
miércoles, 17 de febrero de 2010
Coma Vella 2005 ( en Moo)
Roger Viusà (1978)
José María Gutiérrez "Guti" (1976)
Hace unos días estuve en el Moo, en el hotel Omm (Rosselló, 265). Antes de ir repasé un artículo de Pau Arenós titulado “Hay que probarlo”. Si Pau Arenós lo dice yo, si puedo, le hago caso. Por Pau Arenós, a veces, en París me voy a comer un cruasán a la pastelería de Hermé y sueño con ir un día al restaurante Dom de Alex Atala en San Pablo (Brasil).
El Moo fue ideado y supervisado por los hermanos Roca y tiene una estrellica Michelin. El chef es Felip Llufriu (1977) y, extrañamente, el día que fui el sumiller Roger Viusà (1978) hacía funciones de mâitre. A mí me soñaba el careto de Viusà, luego he mirado y resulta que fue elegido mejor sumiller de Europa en Londres por la Worldwide Sommelier Association. La verdad es que nos trató muy bien y con gran naturalidad.
Me comí un menú de mediodia de 45 euros (de lunes a sábado) y para beber un Coma Vella 2005.
Me pareció muy barato, mucho más barato que la típica cena de sábado noche 40 pavos de cualquier local asqueroso del Born.
Ahora resulta que la gente de mi edad son los mejores sumilleres del mundo y dirigen cocinas de restaurantes excelentes. Para mí es difícil de asumir porque yo me siento como un niño. Un niño chico. Unos han triunfado y se retiran , otros empiezan a triunfar.
La realidad es que te haces (me hago) mayor. ¿Cómo lo descubres? Tus (mis) amigos empiezan a ponerse mujer de la limpieza. Vas a un restaurante, te atiende un sumilller cojonudo y tiene un año menos que tú. Eso y que los futbolistas de tu (mi) generación están en el ocaso de sus carreras (Raúl, Guti, De la Peña, Etxeberría...).
Guti, mi admirado Guti. Puede convertirse a poco que se lo proponga en el mejor futbolista de su generación ¡El George Best español! Si yo le asesorará le obligaría a hacerse amigo de Joaquín Sabina y David Trueba y le liaría con Leonor Watling (¡se terminaron las amistades y novias garrulas!). Así se crea un mito y Guti tiene suficiente talento para convertirse en un mito.
Cada día que pasa me caen peor los críticos. Excepto los críticos gastronómicos, como Pau Arenós, que supongo que comen gratis y son siempre generosos con los locales. Alguien debería criticar a los críticos porque creo que ya está bien.
Digo esto porque hace unos días vi El cónsul de Sodoma (basada en la excelente biografía que escribió sobre Jaime Gil de Biedma el gran Miguel Dalmau). Resulta que la han masacrado. Probablemente no sea una gran película pero no es ni mucho menos tan mala como dicen por ahí.
Es muy sencillo, yo leí el libro hace unos meses y no todos los días se estrena una película en la que salen Jaime Gil, Juan Marsé, Carlos Barral, Colita, Ricardito Bofill...En fin que como la vi con ganas pues no lo pasé tan mal. De momento ésta es la mejor peli que he visto sobre Jaime Gil de Biedma (es la única que hay). Por tanto, la tomo, la veo y la disfruto. El día que haya cinco pelis sobre Jaime Gil de Biedma ya hablaremos.
Después sale Berta Marsé diciendo que no reconoce a su padre en Álex Brandehmul. Hija mía: ¿Tú crees que la hija de Gauguin hubiera reconocido a su padre en el papel que hizo Anthony Quinn?,
No he visto la última película de Fernando Trueba pero he leído tres o cuatro críticas y la masacran. Es imposible que sea tan mala como dicen esas críticas. Seguramente será floja pero seguro que tiene algún buen momento. Sin ver la película ya sé que se les va la olla a esos miserables.
Debería de empezar a existir una sección en la prensa de crítica de críticos porque me tienen hasta los huevos con su mezquindad de fracasado que disimula que no le importa ser un critiquillo de mierda cuando es evidente que a los dieciocho años soñaban ser un director de éxito un escritor de prestigio.
Obviamente me refiero a los críticos destructivos porque algunas excepciones hay.
Siempre lo he dicho: la crítica de prensa (otra cosa es la reflexión de un libro) debería empujar al consumo de la novedad y sino no critiques. No me hagas perder mi tiempo leyendo que esto es una mierda. Cobrar por insultar al currante, al artista o al artesano, al verdadero protagonista, debería de estar penado. Dile a tu jefe: “No voy a criticar tal peli porque no me ha gustado”. No critiques lo que no te gusta porque me das mal rollo. NO COBRES ESA CRÍTICA, MISERABLE.
viernes, 5 de febrero de 2010
Bandeja Paisa (en Arepa y Pan)
J.G.Ballard (1930-2009)
El director del Festival DOC Barcelona y Juan Pablo Escobar.
Anoche cené una bandeja paisa en Arepa y Pan (Sant Antoni Maria Claret, 152). Una comida probablemente excesiva para antes de acostarte (fríjoles, arroz, carne, huevo frito, patacón, chorizo, arepa, tomate). Pero era necesaria esta cena para reflexionar después de ver el excelente documental de Nicolás Entel Pecados de mi padre.
Cuando llegué a la Filmoteca de Catalunya aquello era un auténtico caos. La expectación era enorme porque el interés del documental más el morbo de asistir a un posterior debate con el hijo de Pablo Escobar lo merecía. La proyección debía empezar a las 19.30 y entre el caos y problemas de sonido empezó a las 21.00 (cancelaron la sesión de las 22.00).
En Pecados de mi padre vemos al hijo de Pablo Escobar, Sebastián Marroquín (antiguamente conocido como Juan Pablo Escobar), narrar su vida. Su vida en Medellín con Pablo Escobar y su nueva vida en Buenos Aires. Una parte interesante del documental también son los encuentros de Sebastián Marroquín con los hijos de los políticos Rodrigo Lara Bonilla (ministro de Justicia asesinado en 1984 por Escobar) y Luis Carlos Galán (candidato a la presidencia y con toda seguridad futuro presidente asesinado en 1989 por Escobar).
La curiosidad del amor que tiene Juan Pablo Escobar por su padre y a la vez la consciencia de que éste era un monstruo hacen de este documental un bien preciado.
Juan Pablo Escobar es un gordito que transmite paz. Digamos que el tipo camina por la vida con miedo pero a la vez sin privarse de hacer todo lo que quiere hacer. Dice que el documental le ha servido para perder miedo. Es un tipo educado y razonable que, por tanto, no tiene respuesta para nada.
Alguien le preguntó si creía que había algo que justificara la actitud ante la vida de Pablo Escobar (hijo de un campesino y una maestra rural). Contó Juan Pablo que su padre le decía que se lavaba los dientes con sal y los sobacos con limones. Y es en este punto en el que veo que Juan Pablo Escobar nunca hubiera podido ser Pablo Escobar por mucho que él diga que era el camino más fácil. Como el hijo de Fidel Castro nunca podrá ser Fidel ni el hijo de Diego Armando Maradona podrá ser Maradona. Escobar, Castro o Maradona hay uno.
Estar viendo hablar a diez metros de mí al niño mimado de Pablo Escobar me produjo una extraña sensación que incluye escalofrío físico. Y entonces me acordé de la autobiografía de J. G. Ballard Milagros de vida. "En los años treinta los padres adoptaban una postura extraordinariamente distante respecto a sus hijos, y si se lo podían permitir, confiaban su bienestar a los criados, fueran cuales fuesen los posibles peligros. Mis padres habían nacido en la primera década del siglo XX, mucho antes de la aparición de los antibióticos y la preocupación sanitaria por los alimentos enriquecidos con vitaminas, el aire puro y el agua limpia. Para las familias de cualquier extracción social, la infancia estaba expuesta al riesgo de la enfermedad y la muerte prematura, y acentuaba la importancia de ser adulto, un logro por derecho propio. Los niños eran un apéndice de los padres, a medio camino entre los criados y un labrador obediente, y nunca se consideraban un indicativo sintomático de las salud de la familia ni el centro de su vida."
Nunca me lo había planteado así. Es decir, según Ballard que la vida familiar circule alrededor del neonato es por pura estadística. Nacen pocos y no mueren y los asociamos a lo bueno. El día que nos quedemos sin antibióticos y anticonceptivos y las mujeres empiecen a parir cuatro veces para que sobreviva uno cambiará nuestra relación con los infantes.
Pablo Escobar nació en el campo colombiano con una estadística de mortalidad infantil bastante alta probablemente tuvo una relación con sus padres que nada tiene que ver con la que transmitió a su hijo y su hija. De hecho, Pablo Escobar murió por la manía de llamar con el celular constantemente a su familia. La última conversación la tuvo con su hijo y la policía logró ubicarlo y matarlo en un tejado.
Sabido es que J.G.Ballard, que curiosamente enviudó muy joven en la Playa de San Juan de Alicante, tuvo una actitud muy cercana y amorosa hacia sus hijos. Por eso los hijos de J.G. Ballard no pueden escribir Crash, ni el hijo Pablo Escobar puede hacer volar por los aires un edificio y cargarse a cien personas, ni el hijo del Pelusa puede marcarle un gol a Inglaterra con la mano, ni el hijo de Fidel hacer la Revolución...