jueves, 14 de enero de 2010

Slivovitz (en el tren)


Josip Broz Tito (1892-1980)


El otro día volviendo de Milán un serbio me ofreció un poco de Slivovitz (licor serbio a base de ciruelas). Curioso brebaje pienso mientras ya en casa escucho Gas, gas de Goran Bregovic.
España preside la Comunidad Europea...No hace falta ser un lince para descubrir que lo mejor de la Europa Comunitaria está en los últimos países que entraron (Rumanía, Bulgaria). Y lo mejor de Europa está realmente fuera de la Europa comunitaria.
Probablemente el mejor país de Europa sea hoy en día Serbia (conocida como Yugoslavia por algunos de ellos). Siempre que consideremos lo mejor como lo más interesante y estimulante, claro. La Yugoslavia de Tito...Yugoslavia, ¡qué hermosa eres!
Si lo mejor para la cultura es que te caiga dinero de subvenciones y hacer mierda camuflada y repetitiva, entonces, el mejor país es Francia. Modelo que tratamos de reproducir aquí.
Es paradójico ver como la cuando la cultura media de un país va subiendo éste va muriendo poco a poco.
Hasta llegar al fenómeno conocido por mí como “la muerte francesa” (no confundir con la lindísima pequeña muerte). En pocos países la cultura media es tan alta pero pocos países están tan fosilizados como ellos.
Serbia es el futuro no hay duda. Un país en el que sus músicos cantan en las bodas y les prenden fuego a su alrededor tiene que ser el futuro. El músico yugoslavo sabe que no debe salir demasiado pronto o recibirá poca propina pero tampoco debe salir demasiado tarde pues saldrá con quemaduras de tercer grado. Desconozco la estadística de músicos yugoslavos muertos por quemaduras pero la estoy buscando.
Hace unos once años estaba en Zagreb y pillé un tren para ir a Belgrado. Cuando llevaba medio camino el revisor me preguntó si tenía visado para Serbia. Obviamente no tenía y me tuve que bajar en un pueblo croata de cuyo nombre no quiero acordarme. Me cagué en Yugoslavia (concretamente en Serbia). Tardé mucho en comprender que cualquier país medianamente decente pide visado para entrar.
Por eso la mierda de país en que se está convirtiendo Croacia no me pidió visado.
En fin, algún día iré a Belgrado y algún día visitaré el interesantísimo pueblo que ha montado Emir Kusturica: Küstendorf.
“Perdí mi aldea durante la guerra. Por eso mi deseo de construir mi propia aldea. Organizaré seminarios para la gente que quiera aprender a hacer cine, música, o pintar cerámica. Es el lugar donde ahora viviré y donde mis amigos me visitarán de tiempo en tiempo. Sueño con un lugar abierto, con diversidad cultural pero capaz de mantenerse libre de la globalización”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo tb kiero