Mientras escucho "Durazno y Convención" de Jaime Ross me tomo un Bronx.
Ingredientes:
10 cl. de ginebra.
5 cl. de Martini rosso.
5 cl. de Martini seco.
5 cl. de zumo de naranja.
1 guinda
10 cl. de ginebra.
5 cl. de Martini rosso.
5 cl. de Martini seco.
5 cl. de zumo de naranja.
1 guinda
Hoy (sábado, 8 de noviembre de 2008) quería escribir un pequeño texto en homenaje a Rodolfo Walsh. Tenía escritos durante esta semana algunos pedazos y empezaba así: "Desde hace diez años me siento la rencarnación del argentino de origen irlandés Rodolfo Walsh. Hace diez años me enteré que mientras él "desaparecía" en Buenos Aires, el 25 de marzo de 1977, yo nacía en una clínica de Barcelona. Me siento su rencarnación obrero-burguesa, sureño europea, de escasa calidad literaria e infinitamente más cobarde dada su extraordinaria valentía. En resumen, no le llego ni a la suela de los zapatos...".
Esta mañana volvía de trabajar a casa, en metro, y hojeaba "La Vanguardia". En la página 28 me aparecieron las "Sabatinas intempestivas" de mi ídolo imperfecto Gregorio Morán. Y me topé con su artículo "¿Qué hacemos con Rodolfo Walsh?". Claro, ¡yo prefiero a Morán que a mí mismo!:
"Aunque pueda resultar sorprendente a cualquier ciudadano de Latinoamérica medianamente culto, en España un artículo sobre Rodolfo Walsh tiene que empezar diciendo que se trata de un escritor argentino que nació en 1927, al que mataron cincuenta años más tarde en desigual combate, empuñando una 22 frente a unos milicos que lo emboscaron con armas largas; hay quien asegura que no sobrevivió a la balacera y quien sostiene que, herido y todo, fue chupado y hecho desaparecer por la dictadura militar argentina al cumplirse el año del golpe militar de 1976. Rodolfo Walsh acababa de buzonear a las agencias de prensa y embajadas extranjeras en Buenos Aires con un impresionante alegato titulado Carta abierta de un escritor a la Junta Militar. No llegaron a leerla cuando ya lo habían matado."
Mi modesto escrito seguía: "...Para mi sonrojo, y aún teniendo el aliciente del dato de su muerte coincidiente con mi nacimiento, leí, hace apenas un mes, Operación masacre. Operación masacre (1957) es un reportaje periodístico que nos narra como en 1956 un contragolpe militar contra la dictadura de la Revolución Libertadora fracasa. Fusilan a varios civiles implicados en el alzamiento en un descampado llamado "José León Suarez". Rodolfo Walsh se entera de que hay siete supervivientes y trata de reconstruir los hechos. Contradice en este libro la versión oficial de los hechos. Para los argentinos este libro se adelanta en nueve años y supera en calidad a la primera obra anglosajona de "ficción periodística" o novela testimonio: A sangre fría (1966) de Capote. Hay quien lo discute pero en este caso yo les doy la razón. Digo en este caso porque una vez un argentino me dijo que Adan Buenosayres de Leopoldo Marechal era muy superior al Ulises de Joyce. Discutimos, pero fue imposible convencerle, además su capacidad oratoria era inigualable. Estuve a punto de darle la razón...".
Mi maestro Gregorio Morán continuaba en la Vanguardia:"...Pero si traigo hoy a colación a Rodolfo Walsh no es sólo por una cuestión literaria sino porque la figura de Walsh trasciende la literatura, la enriquece y la desfigura al mismo tiempo, obligándonos a plantearnos cuestiones muy vivas que están mucho más allá de una disputa pedante sobre si Walsh fue el anti-Borges, como refiere Osvaldo Bayer, o fue el más auténtico y actual de los escritores argentinos del siglo XX...".
Mi texto concluía torpemente, pero, ¡qué caramba!, al menos soy yo: "...También leí las novelas breves de género policial (consideradas obras maestras por la crítica argentina) La aventura de las pruebas de imprenta, Variaciones en rojo y Asesinato a distancia. Tengo pendiente la lectura de su segundo libro de investigación periodística ¿Quién mató a Rosendo? (1969). En mi opinión, la escritura el 24 de marzo de 1977 y envío el 25 de marzo de Carta abierta de un escritor a la Junta Militar (está en wikipedia) es un acto de extrema valentía de este escritor (prueba de ello es su desaparición horas más tarde). Superando en coraje, por ejemplo, a los tan nombrados hoy en día Roberto Saviano y Salman Rushdie que andan con mil seguratas por el mundo. No puedo evitar pensar en Rodolfo Walsh desapareciendo a los cincuenta años de edad en el cruce de las avenidas San Juan y Entre Ríos de Buenos Aires y en mi madre pariéndome en esos mismos momentos en Barcelona. Perdonen mi egocentrismo, pero es para mí un honor saber que cuando Walsh moría, yo nacía. Y desde LHJC esto es todo...".
1 comentario:
No lo conocia. Curioso yo naci justo cuando un hijo de puta llamado Pinochet mataba a Allende. Saludos
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