domingo, 28 de septiembre de 2008

RUSH STREET









Me estoy tomando un rush street (1700 yenes- 11 euros) en el "New York Bar" de Tokio. Este bar está situado en la planta 52 del Hyatt Park en el barrio de Shinjuku pero apartado de todo el barullo. Ingredientes: Coñac, sirope de mandarina y sirope de almendra.

Para acceder a él debí subir a la planta 41, donde está la recepción. Una empleada me repasó de arriba a abajo y me preguntó donde iba. Especialmente miraba mi camiseta Guess de tercera mano comprada en un Goodwill de San Antonio, Texas. Cambié de ascensor y llegué, al fin, a la planta 52. Otra japonesa repasó mi indumentaria pero no se atrevió a negarme la entrada. "Como esta noche toca una banda de jazz hay un recargo de 2000 yenes". "Perfecto", le dije. Y, a su pesar, accedí al bar donde se encontraron Bill Murray y Scarlett Johansson en "Lost in traslation".
El bar está lleno de yankis (aparentemente forrados) y, por suerte, he conseguido la última mesa con vistas a todo Tokio.

Y mientras tomo rush street dudo entre pedirle un credito de tres mil euros a Cofidis o a Crediágil. Y me acuerdo también de mis vecinos dominicanos de Hospitalet que ponen música malísima a toda pastilla. De repente me viene a la mente el pesetero de Tommy Lee Jones. El careto desganado de Jones está en casi todas las máquinas de bebidas de Japón. Anuncia "Boss Coffee" y seguro que le dan un buen dinerico. Con esa desgana me recuerda mucho al Bob Harris de "Lost in traslation"(ver you tube: jones boss coffee). Y me viene un titular a la mente: ¡¡Confirmado: Japón está llena de garrulos!! (como cualquier país). Apuro el rush street y, mientras miro de reojo a los supuestos millonarios que me rodean, pienso que tan real es mi vida obrera como su vida de millonarios. Lo digo porque tengo tendencia a creer que la vida obrera española representa al mundo. Puedo entender a los millonarios: queremos más dinero y más rápido sea a costa de lo que sea. Puedo entender a los obreros. Puedo entender a los terroristas: queremos más muertos y más rápido sea a costa de lo que sea. Miro al camarero. "Camarero, sumimasen, póngame un L.I.T."...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues no es por nada, pero hay tantas vidas que se descubren tan verdaderamente irreales... se vive tanto en la impostura...